En el interior de los bosques del Oja ya se presiente la alborada de la cercana primavera. La vivificante cadencia de los rayos solares, caldeando el humus del sotobosque umbrío, irá poniendo en marcha los mecanismos biológicos que favorecerán el despertar de las primeras hierbas vernales, al compás de una anhelada bonanza climática. Dentro de la espesa floresta, las más aventajadas optarán por completar su riguroso ciclo reproductivo a los pies del bosque aun desnudo, anticipándose al dominio de la oscuridad, antes de que la alta cúpula forestal regenere de nuevo su denso entramado de hojas. Es el momento ideal para regocijarnos con la fugaz floración de una planta bulbosa que se nos antoja, al mismo tiempo, delicada y elegante. Solo basta con fijarse bien en la sutileza de los nimios detalles que la ornamentan y definen.
Con motivo de sus recatados dotes policromáticos, pues determinan una belleza efímera a la vez que resplandeciente, o bien si aludimos a lo sugerente de su peculiar nombre vernáculo o popular, la esbelta flor del diente de perro es un hito de vida que, ante todo y sobre todo, declara un lento y generalizado despertar en las arboledas caducifolias de nuestras latitudes. Especializada en aprovechar al máximo el incipiente haz de luz que atempera el terreno, así refulge entre los claroscuros y orlas del arbolado. Leves esfumaciones que colorean la marchita hojarasca que se descompone mohosa bajo las durmientes fagáceas, con deslumbrantes pinceladas de malvas, lilas y violetas. Mientras tanto, zorzales, charras y mirlos comienzan a vocalizar su armoniosa melodía aviar desde la cima de la atalaya arbórea ¡Qué reconfortante y apasionada sonata de primavera!
Delicada flor solitaria del diente de perro: Erythronium dens-canis. De esta guisa adornaba el sotobosque primaveral de un hayedo de montaña en Ezcaray, en las proximidades del barranco de Escorlacia. Observad el hábito y demás detalles que exhibe su linda flor.
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ETIMOLOGÍA
La denominación etimológica de esta especie: Erythronium dens-canis L. tiene su origen en el griego antiguo, concretamente en el calificativo erythros=rojo, debido a la coloración rojiza que ostentan los numerosos taxones que por igual se encuadran clasificados dentro de este mismo género botánico. No obstante, el apellido o epíteto específico procede del latín, y se traduce casi literalmente como suena: diente de perro o dens-canis, a raíz de la morfología y coloración de un afilado bulbo subterráneo que da lugar a esta distinguida flor, al presentar éste claro parecido con los colmillos de un can (ver imagen de los bulbos).
Nutrida comunidad de dientes de perro, propagados vegetativamente a través de bulbillos. Hayedo trasmocho centenario en el Parque Natural de Urkiola, Vizcaya.
CARACTERES DESCRIPTIVOS
Si apreciamos con detalle la grácil flor del diente de perro o del también llamado mantecón, podremos observar que no existen diferencias manifiestas entre las piezas que por lo común conforman cáliz y corola, es decir, entre sépalos y pétalos respectivamente. Esta característica, propia de la estructura floral de las Liliáceas, hace que tengamos que hablar entonces de perigonio en lugar de perianto, y de tépalos en vez de pétalos y sépalos pues, como ya se ha comentado, en el diente de perro son indistinguibles a simple vista (los tres internos son más estrechos por su base y además tienen dos pequeños dientecillos patentes). De este modo, mientras aflora el bulbo, va emergiendo un única flor solitaria, cuyos tépalos precisamente resultan muy curiosos, debido a que al inicio apuntan hacia abajo, cerrando la flor en forma de campanilla, para después ir abriéndose hacia atrás, quedando así reflejos o reflexos, o lo que es lo mismo, dirigiéndose hacia la base del propio órgano en la que se insertan. Son de un atractivo color lila, violeta o rosa, con la base a menudo teñida por una vistosa mácula blanca y amarilla. En el instante culmen de la antesis, o floración, son distintivas seis anteras portando los estambres masculinos. Se distinguen bien por su tamaño y coloración entre azulada y púrpura. En medio de ellas, puede reconocerse un estilo filamentoso. Forma parte del cuerpo reproductor femenino y tiene aspecto de hilo blanquecino. Se corona por tres pequeñas mechas o estigmas en las que se adhiere el polen.
Antes de abrirse, los tépalos del diente de perro permanecen inclinados, asemejándose en esta disposición a la corola de la flor de una campanilla. Pueden permanecer así durante varios días, hasta que el sol y las suaves temperaturas calientan el sotobosque y entonces decidan desplegarse en pos de la fecundación.
En el punto álgido de la floración, los tépalos del diente de perro se arquean hacia atrás, adquiriendo una singular disposición que nos recuerda a la del típico turbante indio. Es así cuando se descubre el intenso cromatismo que posee su inadvertida flor; con sus tersos lilas e irresistibles máculas basales amarillo fuego.
Las hojas se posicionan en la base, colocándose casi a ras de suelo, siempre en pareja, opuestas o enfrentadas. De contorno elíptico-lanceolado, incluso algo ovaladas también. Se las dice curvinervias, al presentar los nervios principales bien marcados y paralelos, siguiendo el contorno de la misma hoja, desde la base hacia la punta. Asimismo son envainantes, sin peciolo aparente, disponiéndose abrazadas por su base, envolviendo así al tallito o pedúnculo que soporta la flor. Si nos fijamos bien, el diseño cromático de las mismas resulta espectacular. Una variegada mezcla donde se arremolinan verdes glaucos, violetas y amarillos, sin ningún tipo de orden estructurado.
Exultante jaspeado de la hoja del diente de perro, con la amalgama desordenada de verdes glaucos y violetas.
El fruto es una cápsula ovoide y trígona. Se abre por tres zonas o secciones. Porta numerosas semillas de diminuto tamaño, ricas en eleosoma o sustancias grasas que se acumulan en su cubierta exterior. La diseminación es mirmecócora, practicada por las hormigas. Las mismas, se alimentan de dicho eleosoma, respetando la parte germinativa de la semilla. Gracias a este medio son dispersadas por infinidad de recovecos a lo largo del bosque.
Polinizada la flor, el ovario preñado dará lugar a un fruto capsular encerrando en su interior numerosas semillas de tamaño minúsculo. La dispersión se efectúa por las hormigas.
COROLOGÍA o DISTRIBUCIÓN
La que nos ocupa, es la única especie del género Erythronium presente en Europa de forma espontánea o natural. Su rango de habitación abarca las regiones circumpolares del planeta y se calcula que existen entre 25 y 30 especies, en su mayoría norteamericanas. Así, en los límites del mentado continente, se desarrollan E. albidum y E. americanum, de flores blancas y amarillas respectivamente, que se dan en el entorno boscoso de la Costa Este, o E.grandiflorum y E. oregonum propios del Oeste, donde además cabe citar el exclusivo endemismo de Sierra Nevada E. toulumnense, poseedor de una impresionante colorido amarillo. Por igual, en Asia Oriental encontramos E. japonicum y E. sibiricum, con flores lilas también. Volviendo a nuestro diente de perro europeo, explicar que su área de distribución engloba buena parte del centro y sur de Europa, extendiéndose desde Portugal hasta la Turquía Europea.
En la Península Ibérica, es frecuente en la mitad norte, aunque sus comunidades suelen presentarse concentradas en espacios naturales disyuntos, siendo raro que sobrepase las montañas del Sistema Central (ubicaciones en provincia de Cáceres). Por ejemplo, en Pirineos se considera planta rara, aunque donde aparece forma poblaciones abundantes y más o menos estables. En la ibérica riojana, se encuentra bien repartida en los montes que gozan de cierta influencia atlántica, así puede verse en la Sierra de La Demanda, Cameros, Picos de Urbión y Sierra Cantabria (vertiente Norte).
Los hayedos y robledales eutróficos, con suelos ricos en materia orgánica y ligeramente ácidos, constituyen el hábitat predilecto del diente de perro en la comarca del Alto Oja. Sin embargo, su distribución suele presentarse algo irregular y dispersa, no estando presente en todos los bosques del valle. Su forma biológica o biotipo atiende a la de un geófito: planta cuyos tejidos embrionarios o de reserva permanecen enterrados bajo la superficie del suelo durante la época desfavorable o inapropiada para su desarrollo. En este caso, reposa valiéndose de pequeño bulbo subterráneo, de color blanco marmóreo y que ostenta una peculiar forma de colmillo canino.
HÁBITAT
La violeta diente de perro se establece en bosques frescos y sombríos de montaña, por encima de los 600 metros de altura. Siente apego por los bosques de fagáceas, si bien habita por igual pinares y abetales. Los brezales húmedos de sustitución, son también elegidos por esta planta para vivir. También ocupa otros espacios abiertos libres de cobertura arbórea o arbustiva, desplegándose entonces sobre pastizales de altura; en puertos, collados y majadas de montaña, asentándose sobre suelo ricos en humus y con cierto grado de desarrollado edáfico. Por lo común silíceos, con pH ligeramente ácido.
En el valle del Alto Oja, frecuenta los hayedos y rebollares acidófilos, a partir de los 750 metros en el mes de marzo, tras la retirada de las últimas nieves. También los pinares de silvestre de repoblación. Las landas de brezo rubio, rubión, blanco así como los bercolares montanos, son hábitats típicos del diente de perro en La Demanda, sobre todo en compañía del helecho común y el arándano, colonizando suelos fértiles y profundos, procedentes de areniscas, cuarcitas, esquistos o pizarras. Incluso en pendientes rocosas, sobre repisas herbosas o a pie de cantil, donde se acumulan pequeños espesores de humus ácido en formación. Ya en mayo, florece en los nichos glaciares de montaña, próximo a los 2.000 metros de altura, en cervunales y pastos alpinos, instalándose en las inmediaciones de manantiales y regatos de fusión de nieve, junto al narciso trompón y la violeta palustre.
En las altas majadas de Necutia, en la cabecera del barranco del Ortigal, la floración del diente de perro se posterga hasta el final de la primavera. Tras la fusión de los últimos neveros, los herbazales alpinos de la sierra acogen una nutrida población de esta planta Liliácea.
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USOS Y APLICACIONES
Se cultiva como planta ornamental y decorativa, sembrando el bulbo en otoño, procediendo a la separación de bulbillos después de la floración primaveral. Un hongo, del grupo de las royas (ver hongo: Uromyces erythronii), afecta y malogra el crecimiento de hojas y tallo. Algunos chefs utilizan los tépalos para otorgar a sus platos un ligero aroma picante. Otros autores, añaden que sus hojas poseen un agradable sabor a avellana fresca, pudiéndose emplear como condimento en ensaladas y guarniciones de carne. El diente de perro se considera planta amenazada en muchos lugares, por lo que no debe ser recolectada de forma silvestre bajo ningún concepto fuera del ámbito científico o divulgativo sin la pertinente autorización normativa.
BIBLIOGRAFÍA
-GUÍA DE FLORES DEL PIRINEO. Ed. Barrabés.
-GUÍA DE PLANTAS DE LA RIOJA. Ed. Gobierno de La Rioja.
-PLANTAS SILVESTRES DE LA COMARCA DE LACIANA. Ed. Xeitu.
-FLORA IBÉRICA. Vol. XX. Género Erythronium.
–www.vivelanaturaleza.com/especie-diente-de-perro-erythronium-dens-canis.php
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