La maravillosa seta fina encuentra un lugar acogedor dentro de los múltiples hábitats naturales y seminaturales que, por igual, delimitan los valles altos del río Oja, a los pies de la Sierra de La Demanda riojana.
Popular y difundidísimo encontramos el apelativo de perrochico o perrechico (del euskera perretxico), según pronunciaciones. En relación con esto, el gastrónomo vasco Juan Antonio Muñoz cita a G. Wasson, que dice lo siguiente a cerca del origen de la palabra perrechico: “En ukraniano a las setas se les llama pecheritza. Así mismo la encontramos en la lengua de los gitanos de España, de lo que se deduce que los vascos bien pudieron tomarla en un principio de su vocabulario, que a su vez podría derivar de otros dialectos de Europa del Este”.
Seta fina o de primavera (Calocybe gambosa). Un codiciado manjar de nuestra tierra.
Algunos setales dan exclusivamente la variedad flavida del Calocybe gambosa. Ésta, se caracteriza por tener la cutícula o piel del sombrero teñida de un tono amarillento pajizo. Existen también otras variedades y formas con tonos blancos, grises o liláceos, en general mucho más raras (comprobar taxonomía).
El valle del Oja se considera un territorio pródigo para la proliferación de setas finas, pues la diversidad de medios naturales es muy elevada, a la vez que predilecta para cubrir sus heterogéneas querencias ecológicas. En un principio, esta seta comienza desarrollándose en los fondos de valle, por San José (19 de marzo). Básicamente en pastizales y prados resguardados, alejados de las exposiciones en umbría. Bajo los ribazos y lastonares más soleados. Más tarde, en los meses de mayo y junio, se recolecta en las praderas de la media y alta montaña, pero únicamente cuando las temporadas son suficientemente húmedas y templadas, con días cálidos acompañados de tormentas y nieblas nocturnas. Bajo estas circunstancias, los setales forman amplios corros de brujas y, con suerte, en alguno de ellos pueden recogerse hasta varios kilos de setas. También en los meses veraniegos se cosechan algunas setas del fino, localizadas en ciertos rincones frescos y sombreados, protegidos entre los herbazales de la densa vegetación ribereña. Curiosamente, en la localidad de Valgañon existen unos pocos setales que llegan a producir setas en los meses otoñales de octubre y noviembre. Por igual, en zonas de Navarra se citan algunas recolectas esporádicas tardías, hasta por Navidades.
En los alrededores de Zorraquín y Valgañón creo que hayan existido cientos de setales, muchos de ellos centenarios, pues su correcta y secreta ubicación ha sido transmitida por generaciones enteras de padres a hijos. Aunque es cierto que muchos de ellos, en la actualidad, han dejado de producir setas por diversos motivos; -se ha perdido el setal-, como también solemos expresar en jerigonza local.
Al hilo de lo comentado, con el paso del tiempo se ha ido notando una progresiva disminución en muchos de los lugares en los que antaño la fina era una seta abundante. Simplemente porque los setales acaban por “agotarse”. Se barajan varias teorías al respecto. La más sólida la encontramos relacionada con el creciente abandono de los usos agropecuarios ancestrales, típicamente vinculados al medio de vida rural de nuestros pueblos. Otras, apuntan hacia posibles o ligeros cambios en el gradiente mesoclimático local, con afluencia de primaveras excesivamente cálidas y secas, caracterizadas por bruscos cambio de tiempo que interceden en la conveniente proliferación de los micelios. La desaparición del ganado ovino, que con su peculiar forma de pastoreo, careo o tipo de abonado favorecía la preservación del hábitat de las praderas, etc, etc,…
De todos modos, cabe decir que nuestro campo ha sufrido en los últimos 30-40 años un proceso de matorralización integral y progresivo. Una honda transformación que se ha ido comiendo extensas áreas de pradera y campiña comunales, tradicionalmente destinadas al régimen de pastoreo o majadeo extensivos. Modificando todo un sistema aprovechamiento pastoral, así como sus métodos de manejo y gestión secular. Encargándose de acondicionar un nuevo espacio para la recuperación del bosque primigenio. Positivo para los árboles, pero no tanto para la seta de primavera, cuyo temperamento heliófilo, amigo del sol, requiere de un mínimo de insolación diaria para que los incipientes carpóforos puedan emerger y desarrollarse en las mejores condiciones ambientales. Indispensable requisito que permite a este hongo completar eficazmente su ciclo reproductivo anual.
El envastecimiento de los pastos por el cese de la presión ganadera, también parece estar incidiendo de forma negativa en la conservación de esta especie: excesiva densidad forrajera, empobrecimiento de especies pratenses, menor diversidad de microambientes pascícolas (musgo, humedad, refugios,…), etc. Por no mencionar la sobreexplotación desmedida que suelen sufrir los setales más conocidos o frecuentados, en los que apenas se deja nacer a las pequeñas setitas, sin darles el tiempo suficiente para que alcancen la madurez adecuada y que el micelio logre así regenerarse año tras año. El pisoteo constante que padece el propio setal o bien sus márgenes, provoca una nociva compactación del suelo adyacente, perjudicando la aireación e infiltración de sus capas superficiales. El micelio, entonces, presenta problemas de respiración y también de absorción de humedad, alterándose las estrechas relaciones osmóticas que se dan entre las hifas del hongo y la protectora raigambre herbácea.
Si nos acercamos a recoger setas a un setal, es preferible llevar a cabo la búsqueda desde su zona interior, evitando los margenes externos. Debemos tener en cuenta que los setales se expanden o corren anualmente, siguiendo un patrón más o menos radial; en círculos, semicírculos o hileras. Si arroyamos esta parte externa (tangente al arco que conforma el típico corro de brujas), es posible que estemos influyendo perniciosamente en el crecimiento y/o supervivencia de su micelio fúngico en cuestión. Y si micelio se ve dañado ¡las setas no crecerán en abundancia durante la próxima temporada micológica!
SALIDAS MICOLÓGICAS EN EZCARAY ¡RESERVA TU PLAZA!
PRINCIPALES HÁBITATS DE LA SETA FINA EN EL ALTO OJA
*El hábitat más típico de este hongo, lo encontramos asentado sobre los terrenos de naturaleza caliza, con suelos frecuentemente abonados por las deyecciones del ganado. En estos lugares puede hallarse en prados y pastizales, incluyendo praderas, campas, majadas o collados herbosos. A plena luz. Formando corros, herraduras o pequeños círculos redondeados, que en argot popular son conocidos por el nombre de pegas o peguitas, según tamaños. Los herbazales altos resultan indispensables. Ya que crean y mantienen en su interior unas especiales condiciones microclimáticas de humedad y temperatura, favorecidas por la fermentación bacteriana de la materia orgánica que se depone sobre las praderas. Importante hecho que preserva a las pequeñas setas de los fríos o calores repentinos, propios del alternante clima primaveral.
Corro de brujas en pradera caliza, describiendo el típico quemado sobre la hierba. En años en los que las condiciones climáticas son adecuadas, las setas se reparten homogéneamente a lo largo de todo el setal, mientras que en los años malos, sólo tienden a crecer agrupadas en ciertas zonas activas del mismo, más húmedas y resguardadas. El llamativo aspecto y coloración de la hierba está relacionado con fenómenos osmóticos de nutrición vegetal, en los que interfiere el hongo para favorecer su crecimiento y metabolismo biológico.
Praderas calizas con matorral espinoso de aulagas (Genista scorpius) en el Valle de Turza.
*Las orlas de bosque integradas por matorrales espinosos son fecundas a la hora de producir perrochicos o susas. En esta situación son capaces de vivir en condiciones de semisombra, aprovechando el microambiente protector que se crea bajo la broza arbustiva, donde suele instalarse un mullida capa de musgos que aportan una valiosa humedad a los minúsculos carpóforos en crecimiento. Son clásicos los linderos compuestos por setos de endrinos, rosales, majuelos, enebros o aulagas, y que reciamente custodian a las setas de sus ávidos recolectores.
La orla espinosa adyacente al bosque da cobijo a muchos perrechicales.
La maraña de espinos y zarzas suele ocultar grandes setales de finas.
*Los brezales-aulagares montanos, compartidos respectivamente por las especies Erica vagans y Genista hispanica subsp. occidentalis, esconden numerosos perrechicales. Este hábitat se establece sobre terrenos básicos o calcáreos, frecuentemente lavados o descalcificados por el efecto de las abundantes precipitaciones. El benebro o enebro común, Juniperus communis, suele estar asociado a este tipo de formación vegetal montana, así como el lastón Brachypodium pinnatum y otras especies calcícolas herbáceas como pueden ser Bromus erectus, Festuca gr. rubra, Androrchis mascula, Valeriana tuberosa, etc.
Brezal-aulagar montano sobre suelo calizo.
*Las riberas de los ríos también ofrecen buenas posibilidades a la hora de encontrar nuevos setales finos. Los suelos nutritivos de las choperas o de las fresnedas, a menudo son muy buenos productores de setas de San Jorge, siempre y cuando no se hallen encharcados en el momento justo de la fructificación micológica. Asimismo, en los prados que existen viejos chopos derribados o cortados, también suele abundar el perrechico, pues sus tierras suelen estar enriquecidas por un importante acopio de materia orgánica, muy esponjosa y apropiada para completar los requisitos nutricionales de esta seta tan codiciada. Los bordes de las avellanedas pueden llegar a sorprendernos gratamente, así como las antiguas manzanedas asentadas sobre prados frescos con el pasto alto.
Los prados con antiguas choperas semiabandonadas, con suelos sin roturar ni fertilizar, suelen producir perrechicos en abundancia.
Avellaneda silvestre productora de setas finas.
*En los prados y fincas particulares, es común encontrase con setales que se desarrollan al abrigo de los setos o tapias de piedra que antiguamente servían para delimitar la propiedad. En este sentido, la piedra capta una valiosa fuente de energía procedente de los rayos del sol y que, tras oscurecer, es disipada en forma de calor radiante, circunstancia que las setas aprovechan eficazmente como abrigo durante su irrupción en las frescas noches vernales. En este sentido, hay que prestar mucha atención y ante todo respeto a la hora adentrarnos en terrenos privados sin previo permiso del propietario, aunque sólo sea para mirar si en la finca está saliendo alguna seta dispersa.
Los tapiados y linderos albergan unas buenas condiciones térmicas para la proliferación de perrechicos.
*Un caso curioso lo he encontrado en un prado que todavía mantiene sus numerosos setales, pues sus condiciones se alteraron drásticamente tras efectuar sobre el mismo una densa plantación de abeto de Douglas, y que ya supera los 20 años de edad. A pesar de la escasa iluminación que penetra en el sotobosque repoblado, los primitivos setales todavía perduran y continúan dando muchas setas cada temporada.
Jóvenes setas finas protegidas bajo un manto de acículas de abeto.
*Para terminar, en los viejos pagos abandonados de las zonas altas de la sierra, aún existen algunas áreas relativamente productivas, pero desvitalizadas por la invasión reciente del arbolado. Éstas, se localizan sobre suelos de reacción ácida, con afloramientos pedregosos de pizarras, esquistos y cuarcitas. Aquí, las finas suelen crecer a la sombra de las “recas”, prefiriendo pequeñas áreas empradizadas, usualmente al calor de las piedras, por las mismas razones que ya he citado más arriba. Las recas son pequeños bosquetes mixtos y aclarados, en los que predominan el fresno de montaña y el arce campestre, junto al cerezo silvestre y otros árboles planocaducifolios. Tienden a emplazarse ocupando vaguadas o pequeñas depresiones frescas y umbrías, por las que suele manar el agua en primavera. A pesar de la acidez que impera en sus suelos, cabe añadir que los estratos superficiales de los mismos, suelen acumular un considerable espesor de materia orgánica procedente de la descomposición de la hojarasca y otros restos vegetales; por lo que, a menudo, su tierra es fértil y rica en nutrientes. Condición que favorece la existencia de pequeñas superficies herbosas, donde todavía hoy logran sobrevivir los últimos setales de bosque. Finales de mayo, es un buen momento para explorar este tipo hábitat micológico.
Reca o bosque mixto con presencia de fresnos y arces campestres. Los tradicionales pagos, se solían localizar en las laderas más fértiles y productivas de los montes del Alto Oja, delimitándose con cercas y muros de piedra. Sus agraciadas tierras quedaban destinadas al cultivo de cereales, patas y otras hortalizas rústicas. En la actualidad, el abandono de usos tradicionales ha dado lugar a la recuperación gradual del bosque original. Antiguo bancal con plataforma de cultivo en el interior de un bosque mixto. Umbría de Turrarana, Urdanta.
Espero que estas simples indicaciones os puedan servir de ayuda para acometer futuras prospecciones en vuestra comarca micológica. Solo cabe matizar que, para mí, el éxito de una buena jornada setera no reside en la recolecta en sí, sino en el disfrute que supone el poder descubrir a estos maravillosos seres vivos conviviendo en armonía con el resto del entorno natural. Esos pequeños santuarios de belleza única y secreta, que tenemos el deber de respetar y conservar ¡Saludos y hasta la próxima!
Anónimo says
MAGNIFICO REPORTAJE
SALUDOS
ROBERTO SANTOS says
Si sr algo escrito con rigor y sabiendo de lo que se habla.
Luis says
Como bien dice Roberto cómo se nota que domina el tema y con que facilidad y sencillez nos lo relata, sólo el que ama, mima y vive la naturaleza puede expresarse así, gracias
Smithc620 says
Good website! I truly love how it is easy on my eyes and the data are well written. I’m wondering how I could be notified whenever a new post has been made. I have subscribed to your RSS feed which must do the trick! Have a great day! aekedgedcaeagddd
alquiler bicicletas malaga says
Que bonitas fotos, solo para disfrutarlas vale la pena entrar en tu blog. Pero, no solo eso, tus contenidos son una maravilla.
alquiler bicicletas malaga says
Sensacional, eres un experto de la naturaleza. Me ha gustado encontrar tu blog, no lo conocía pero ahora tienes un seguidor más
Juan José Arguisjuela says
Hola buenas.
Me alegra que te guste. Un saludo.
JUAN
José Luis Navidad says
Sabiduría y sencillez no hay más que decir.
Juan José Arguisjuela says
Se agradecen los elogios, Jose Luis.
Benito de Castro says
Sé muy poquito (más bien, nada) de micología, pero me gustan los ‘trabajos científicos’ hechos con claridad, concisión, sabiduría y acompañamiento gráfico de gran calidad. Este me ha encantado y me parece especialmente descollante. Es justo, pues, dar el parabién a su autor.
Juan José Arguisjuela says
Se agradecen los elogios, Benito. Lo que acabas de leer es un esbozo de lo que el campo nos regala e intenta transmitir, desde su cara más amable y complaciente. Es el fruto de muchos años de observación y cariño por lo que amigablemente nos ofrece la tierra. Un abrazo desde Ezcaray, La Rioja.
Antonio Villarreal says
Buenos días.
Me encanta el reportaje y la fotografía,es un acierto encontrar que personas como Tu, tengan el respeto a la Naturaleza y asesoren a personas como yo, que soy un enamorado, de la Micologia y de la Calocybe Gambosa ( Perretxicos ).
Juan José Arguisjuela says
Se agradece la consideración, Antonio.
La seta fina es y seguirá siendo la reina entre las setas de la primavera.
Un saludo desde Ezcaray.
Antonio Villarreal says
Buenos días
Estoy trabajando, la posibilidad de sembrar esporas de perretxiko, generando un micelio en una huerta de 650mt de altitud empezando en estas fechas ok, terreno apropiado.
Como lo ves
Saludos
Juan José Arguisjuela says
Hola de nuevo, Antonio.
Llevo haciendo la misma operación durante varios años. Depositando los restos, tras la limpieza de perretxicos, sobre una finca en la que aparentemente las condiciones ecológicas son buenas. Hago riego esporal (picado de setas, especialmente láminas maduras, inmersas en agua). De momento sin resultados. Creo que “sembrar” setas, no es tan fácil como nos llegamos a imaginar. Ya me contarás los resultados de tu experiencia. Se habla también de setales ilegalmente arrancados del monte, para trasplantarlos después en otros lugares distintos y con dudosas probabilidades de regeneración…Suerte con ello.
Un saludo
Pedro says
Buen reportaje, muchas gracias por los conocimientos que nos has aportado.
Diego Teruel says
Precioso y perfecto artículo,con sus maravillosas imágenes!. Bello y emocionante párrafo final.Gracias!!